Este pasado verano, tuve la oportunidad de visitar a una cuadrilla que trabajaba en la saca del corcho, gracias a mis amigos Paola y Andrés, que viven en Los Barrios (Cádiz).

Fuimos a un lugar muy escondido dentro del Parque Natural de Los Alcornocales. Después del camino por pistas forestales, llegamos al lugar donde se recepcionaban, pesaban y apilaban las planchas de corcho que bajaban los mulos. Era el final de un proceso ancestral que estaba a punto de descubrir.

Las fotos son de Ángela Oliva, amiga que nos acompañó.

Me sorprendió la humedad y frescor que se respiraba, pues salimos de Los Barrios con bastante calor. Empezamos a subir la pendiente hacia el monte donde se encontraban el resto de la cuadrilla: los arrieros y los corcheros. Ya a lo lejos se oían los sonidos de las hachas.

Y nos cruzamos con dos mulos que bajaban hacia el patio cargados. Cada uno puede cargar hasta 100 kg de corcho y para los arrieros, es esencial saber colocar y repartir la carga para que los animales puedan mantener su equilibrio por esas difíciles bajadas, donde muchas veces no hay ni camino.

Y llegamos a la zona donde se estaba descorchando. El descorche se realiza en Andalucía cada 9 años. Allí encontramos a la cuadrilla de Cristóbal, del municipio vecino de Fancinas. Trabaja junto a sus 3 hermanos. Aprendieron el oficio desde niños, de su padre.

Este proceso de la saca del corcho de los alcornoques permanece inalterado desde sus inicios, no hay mecanización ninguna. Árboles centenarios, hombres, hachas y mulos. Naturaleza y humano trabajando en equipo. Dicen que es muy difícil no hacerle ninguna herida al tronco, a la capa madre, y de hecho se pueden ver cicatrices antiguas. Hablamos con ellos acerca del pasado, presente y futuro de su oficio.

El descorche para su venta comercial está documentado desde principios del siglo XIX. Antiguamente, se utilizaba para usos domésticos, como aislante, etc. Incluso para hacer colmenas. En esta zona, tradicionalmente el descorche ha estado muy asociado al carboneo. Este oficio, prácticamente extinto en toda la península, se desarrollaba en otras épocas del año, principalmente el otoño e invierno.

"El descorche acorta la vida de los alcornoques pero además, en los últimos años se ha perdido mucho alcornoque por la seca. Urgen estrategias para reforestar el Parque y asegurar su conservación de manera sostenible".

El principal destino de este corcho es la fabricación de tapones de botellas. A pesar de la dureza de la técnica y de que el precio no ha dejado de bajar, consideran que de momento, hay relevo. No existen escuelas para nuevos corcheros. La preparación de los novicios, los aprendices de corcheros, se hace en el propio descorche. El primer o los primeros años acompañan a los corcheros recogiendo el corcho, pero sin manejar el hacha, que es lo que requiere más técnica y preparación física.

Pregunto si existen mujeres corcheras y me dicen que no conocen.

Gracias a todas las personas que han hecho posible esta visita. Deseo una larga vida a los alcornoques y me voy convencida de que estos saberes ancestrales no morirán aquí, porque desde ya necesitamos conocer los árboles, sus ciclos y la forma de no hacerles daño.